John Ackerman ha quedado fuera de Canal Once -como antes de La Jornada a petición explícita de Mario Delgado. Al mismo tiempo, la Convención Nacional Democrática, dirigida por Ackerman, se anotó un punto doble ayer en favor de la democracia, ya que la Comisión de Honor y Justicia de Morena emitió (sorpresivamente) un oficio en que se advierte que los cerca de 2 mil delegados (de 3 mil) que asistieron al III Congreso ilegal de Morena son precisamente eso: ilegales, por no haber renunciado a sus puestos públicos que aún ocupan: desde senadores y diputados federales hasta presidentes municipales, regidores y diputados locales. ¡Tómala! / Ante semejante vergüenza política, la cúpula de Delgado, en vez de ofrecer un posicionamiento a tal oficio de la CHYJ, dio otro golpe de censura contra Ackerman a través de sus influencias en el cada vez más deteriorado Canal Once. Bueno. / En realidad, asistimos a un reacomodo de las fuerzas políticas. Ahora que el PRI rompió la alianza Va x México, la derecha restauracionista se reconstituye en vano para seguir jugando en el tablero político. El "Unidos" de Claudio X es un bando que va de salida en la historia nacional. La verdadera disputa ya es otra -no tan nueva, por cierto. / Por debajo de los membretes partidarios (Morena incluido), en realidad existen dos grandes partidos enfrentados sordamente en el país: el partido del autoritarismo frente al partido de la democracia avanzada. Se trata de la pugna histórica por el régimen político propiamente dicho: un régimen autoritario y caciquil o un régimen democrático y moderno. El viejo patrimonialismo corrupto e influyentista o la transparencia pública en el manejo de la política. El charrismo gangsteril y el fraude electoral como método de gobernar o el sufragio efectivo y el debate abierto como vacuna contra la antidemocracia ancestral. Dos políticas incompatibles. Dos culturas opuestas que coexisten en una dolida nación. La lucha será feroz. Es el viejo régimen inoculado en el aparato de Morena -y en diversas instancias de gobierno- contra el espíritu y la forma histórica de la 4T. / Mucho tendrán que decir al respecto los presidenciables; pero mucho más tendrá que decidir la ciudadanía. Los 4transformistas no podemos permitirnos ser derrotados.