Como esbocé en mi post anterior, para efectuar una verdadera batalla cultural contra la corrupción, la 4T necesita confrontar la aceptación social de que la “transa” es necesaria, tolerable -incluso, bien vista- con las motivaciones éticas de la honradez. Para ello, se requiere apelar a un valor o idea de nivel de conciencia superior, que no se degrade con la secularización del mundo moderno -como sucedió con la bendición divina, la familia o el trabajo. Un valor supremo que motive espontáneamente a la honradez -y no a la corrupción-, y que genere no solo “paz de conciencia” sino entusiasmo colectivo. / Ese valor es la historia, el transcurrir del tiempo humano, la conciencia del devenir histórico hacia las generaciones futuras. /”La historia me absolverá”, dijo alguna vez Fidel ante un tribunal espurio; “falta el juicio de la Historia”, advirtió AMLO al Congreso que lo desaforó cuando era Jefe de Gobierno de la CDMX; “Avergüénzate de morir -dice el filósofo marxista Jurgen Habermas- si no has conseguido una victoria para la humanidad”. / Porque la historia pesa -debe pesar- sobre la conciencia individual: ¿de qué honradez te puedes enorgullecer ante las generaciones futuras?, ¿qué has hecho por el bien de ellas?, ¿qué dirían dichas generaciones de tus actos presentes? ¿Te corrompiste acaso, como tantos más, o marcaste una diferencia? ¿No te entusiasma formar parte de una nueva época que erradica tantos males sociales? / El juicio de la historia pone a cada quien en su lugar. Ese es el valor supremo, incorruptible, de la honradez de la 4T. / Pensémoslo.
LA ÉTICA DE LA HONRADEZ:
Leer otras Voces de las Bases Morenistas
Felicidades!
Es muy importante tener un espacio donde podamos opinar y debatir libremente sobre los asuntos que nos ocupan como partido y asuntos relacionados.
Gracias por incluirme.