La cúpula dirigente de MORENA deberá aprender de las lecciones que se pueden derivar de las elecciones de 2021 y las de Coahuila y el Edomex. Es momento propicio para ello, antes de proceder con los preparativos de la elección de 2024.
A Mario Delgado y a Citlalli les gusta señalar “el enorme crecimiento de MORENA y nuestros triunfos electorales”, como si esos triunfos se debieran a una correcta operación política de la dirección de MORENA, a unas encuestas transparentes y a un apoyo de las bases del movimiento a sus decisiones.
Nada más alejado de la realidad. Los triunfos se han debido a la autoridad moral del Presidente de la República, y A PESAR de la pésima gestión política de la cúpula dirigente. Los acólitos de Mario Delgado me dirán que soy injusto, que los triunfos se los atribuyo al “efecto AMLO” y las derrotas a Mario Delgado y cía.
Pero seamos sinceros: en ninguna parte del país las encuestas internas de MORENA para elegir candidatos a puestos de elección popular gozan de buena reputación. Es cosa de que hablen con las bases morenistas. El otro día vi una entrevista que le hacían a Pedro Miguel y cuando tocó el tema de las encuestas señalaba muy orondo que “las encuestas son incuestionables, están hechas con metodología científica y no tienen sesgo a favor de nadie. Las critican sobre todo los que no han salido favorecidos en ellas, serán unos resentidos. Además, el método de la encuesta es el que ha indicado el Presidente que es el mejor”. Así planteado, cualquiera pensaría que hay que estar tonto para criticar a las encuestas del partido. Sin embargo, la realidad le da un mentís al buen Pedro. Me explico:
El que las encuestas internas gocen de tan mala reputación entre las bases morenistas se debe a varios factores:
- Como primer punto, nunca se han establecido las reglas para incluir o excluir a cualquier persona para participar en la encuesta. ¿Cuáles son los criterios para que alguien participe en la encuesta? Si el Estatuto se respetara, y se aplicara el famoso Artículo 6o bis, tendrían que tomar en cuenta trayectoria militante, la reputación pública, su honestidad e integridad. Vista la selección de algunos participantes impresentables en las encuestas que se han realizado, tal parece que el Estatuto es letra muerta.
- Jamás han dado a conocer quién o quiénes elaboraron la metodología, en qué consiste dicha metodología, quién la aplicó y cuál fue la muestra estadística que encuestaron, así como las bases científicas para seleccionar la muestra.
- La Comisión tan aclamada por Pedro Miguel, la Comisión Nacional de Encuestas, se maneja con una total opacidad. Incluso hay hasta conflicto de intereses, porque integrantes de esa Comisión han participado candidatos a cargos internos del partido. Se manejan con una discrecionalidad que espanta. Y no se quiera solicitar (aunque sea vía la plataforma de Transparencia) algún documento relativo a las encuestas, porque MORENA prefiere contestar que “no existe la información solicitada”. Esto acaba de suceder. Son documentos TOP SECRET, igual que los del Pentágono.
Y aclaro que no digo esto porque sea yo un “resentido” -participé una sola vez en una encuesta interna, para competir por la Alcaldía Benito Juárez de la CDMX en 2017 y no resulté favorecido- , ya que nunca me han interesado los cargos. Nunca he peleado por ningún cargo o puesto, ni en la administración pública ni en alguna organización política. Considero que hay que trabajar por lo que uno cree, sin estar pensando en recibir una recompensa.
Pero regresando al tema electoral, las lecciones que debería de aprender la dirigencia de MORENA las dividiría en tres grandes grupos : 1) LA DESATENCIÓN A LAS BASES, 2) LA DESIGNACIÓN DE MALOS CANDIDATOS y 3) LA PÉSIMA OPERACIÓN POLÍTICA AL INTERIOR DE LA ALIANZA.
- 1.- En todos los procesos electorales mencionados, se ha hecho caso omiso de las BASES MORENISTAS. No existen para la dirigencia. Esta actúa de forma cupular, negocia en las alturas y no toma en cuenta la opinión de las bases. Si se hubieran tomado el tiempo de hacer reuniones y auscultar la opinión de las bases, no se hubieran incluido en las encuestas a personajes como los perdedores a las gubernaturas de la gráfica. Es preferible apoyar a candidatos que las mismas bases propongan e impulsen, aunque pierdan, pero se irá generando una poderosa base social. El concepto de “candidatos competitivos” debería de revisarse.
- 2.- Ligado a lo anterior, se han seleccionado malos candidatos a cargos importantes, que son rechazados por la militancia. Y dicen que no hay sesgo en las encuestas, pero los resultados electorales dicen otra cosa. La violación del Estatuto para favorecer a candidatos chapulines o de muy cuestionable trayectoria, ha pasado una costosa factura.
- 3.- En la relación con el PT y el Verde, el manejo ha sido prepotente y despótico. El PT, desde hace muchos años, ha sido un fiel apoyo al movimiento obradorista. El Verde ha sido siempre, en cambio, una prostituta de la política, igual se va con el PRI, el PAN o con MORENA si calcula buenas ganancias para sus dirigencias. Pero a ambos partidos se les ha tratado con la punta del pie, queriéndolos someter a los caprichos de Mario Delgado y cía. Lo que sucedió en Coahuila se hubiera podido evitar de haber tenido contacto permanente y fluido con el PT. La elección de un pésimo candidato de MORENA, aunado a la división resultante, hizo que el voto por la Cuarta Transformación se partiera en tres y se facilitó el triunfo del PRI.
En fin, ojalá estas reflexiones sirvieran de algo a quienes tienen los puestos de decisión en mi partido.
Creo que esta es una súper coyunturas que John tome la dirigencia a través de los mecanismos del Partido. NO más imposiciones de Mario Delgado.
Si bien la compañera Claudia ganó, hubo muchas inconsistencias.
Luchemos por un movimiento verdadero y no secuestrador por Mario y Citlalli