Magnitudes políticas | La ambición por el poder de la facción a la que pertenece Mario Delgado lo ha hecho cometer torpezas que colocan en riesgo los avances logrados en la administración de Andrés Manuel en temas de democracia y de justicia social.

De manera descarada el ITAMITA se empina a la derecha, entregando el partido a los mismos políticos del viejo régimen prianista o que en un momento fueron aliados, con la mentira de una supuesta “encuesta” se determina al candidato o candidata, aquí lo que importa es mantener el control del Congreso de la Unión, de las gubernaturas, con los funcionarios públicos, de los Congresos Locales, así como las presidencias municipales. Esto representa un retroceso, volver al pasado con políticos que solamente han buscado sus propios intereses, que no les importa el bienestar del pueblo y son capaces de hacer pactos hasta con el diablo. En varios Estados hemos sido testigos de cuestionadas alianzas entre las cúpulas de Morena con el Pvem e incluso con personajes vinculados al PriAn.

El resultado de tal forma antidemocrática de hacer política que observamos al interior del Partido-movimiento, de esos residuos tóxicos del pasado neoliberal que aún subsiste y de esas actitudes deshonestas, son dos magnitudes políticamente opuestas. Una con dirección a la derecha llena de actos corruptos y otra a la izquierda que construye desde abajo el poder popular.

En la primera magnitud además de entregar candidaturas a “distinguidos chapulines”, se explora de manera descarada la mecánica a implementar en las próximas elecciones, es decir, la imposición de candidatos tal como sucedió anteriormente diciendo que era necesario asegurar el triunfo de Andrés Manuel y que luego había que hacerlo nuevamente para lograr mayoría en la cámara de diputados, se pactarán acuerdos y se negociarán “plazas políticas” (como el caso Guadiana-Delfina). Hay que considerar la importancia que tiene la elección del 2024 debido a que se juega el futuro del país: la Presidencia de la Republica, la Jefatura de gobierno de la Ciudad de México, 128 senadores, 500 diputados federales, 8 gubernaturas, 31 congreso locales y 1580 ayuntamientos. Este cumulo de opciones sirve para mantener “disciplinados y sumisos” a quienes quieran salirse de “las reglas del juego” y también como señuelo que atrae a los oportunistas y a algunos militantes que sueñan por ser tomados en cuenta para un cargo político como pago a su “fidelidad”, los convierten en fans destacados de las “corcholatas” destapadas, en aplaudidores de Claudia, Marcelo, Adán, Monreal o Ñorona, quienes con la “falsa ilusión” de ser la preferida del más alto nivel, cierran sus ojos y oídos a las miles o millones de voces de los abajo, que son los más fieles impulsores de la 4T, los que hicieron posible el movimiento social que llevó al triunfo electoral de Amlo.

En la otra Magnitud se encuentra la inmensa mayoría de morenistas, esas voces ciudadanas de los de abajo, los que anduvieron casa por casa, hablando con sus pares y convenciendo; una buena parte conforman la Convención Nacional Morenista, son los militantes más críticos y de mayor compromiso con el Proyecto de la Cuarta Transformación, los que no se dejan intimidar por expulsiones y las amenazas son brisa que refresca su dignidad rebelde, desde esa autonomía comienza a fluir un magma social.

En el Estado de México como en Coahuila se encuentran inmersas esas dos magnitudes inversamente proporcionales una de otra, “sí disminuye la primera, la otra aumenta en la misma proporción”.

Es decir, perdiendo ganamos, pues quedaría evidenciado, por enésima vez, que las imposiciones en MORENA por parte de Mario Delgado y Cía., no es el camino correcto por el que debe caminar  el cambio social, político y económico del país, por qué atenta contra la democracia participativa y además trae justos reclamos de militantes, simpatizantes y ciudadanos que coinciden con la Cuarta Transformación.

Es importante analizar la situación de Coahuila y el Estado de México, se manifiesta ahí cuestiones que no son predecibles y podría tener replicas nacionales. Hay que recordar que la Cdmx y el Estado de México son electoralmente notables. La posibilidad de arreglos entre Mario y el Pri, de negociar plazas políticas, de acuerdos de impunidad para gobernadores, se les puede salir de control, pues la inconformidad y el hartazgo de la población por la forma tramposa de hacer política, se puede canalizar en otra dirección, ni con el guinda ni con el colorado, ni el azul o amarillo, tampoco el verde o el naranja. Así que los acuerdos cupulares de entregar una elección a cambio de otra no les estaría funcionando, esto es, que a nivel nacional se pueden dar manifestaciones populares en contra de las imposiciones de Mario Delgado y caminar en otras opciones más ciudadanas.