Compañeros, hemos avanzado mucho en diferentes aspectos de la vida pública nacional, tenemos la fortuna de tener un gran presidente que ha impulsado la politización del pueblo y la participación electoral, con una enorme preferencia por los pobres y vulnerables. Este gobierno Ejecutivo federal ha sido un punto de quiebre en muchos aspectos; en comparación con los gobiernos anteriores de marcado corte neoliberal, el actual es sin duda de carácter más popular. 

Sintámonos orgullosos de ser parte de esta gesta que viene desde hace muchas décadas. 

Más, sin embargo, creo pertinente tratar de entender a nuestro líder, desentrañar su visión de la política, su proceder y así explicar aciertos y errores que han ameritado críticas justas que son naturales y necesarias en cualquier organización humana y más si se dice de izquierda. Al innegable liderazgo del Presidente yo lo ubico como un Liderazgo Autocrático. 

 ¿Qué es el liderazgo autocrático? 

El liderazgo autocrático, también conocido como liderazgo autoritario, es una clase en el que el líder posee un control total sobre la toma de decisiones. 

De esta manera, tiene la responsabilidad de iniciar, dirigir y controlar las acciones del liderado, del movimiento. 

Este tipo de liderazgo es uno de los más utilizados en aquellas organizaciones en donde todo se centra en el líder, no solo las decisiones, sino también la responsabilidad, la mayor pare de la opinión pública, méritos y errores. Además, este tipo de liderazgo es muy utilizado en situaciones de crisis, proyectos de alto riesgo, con poco margen de error, con poco tiempo para llevarlo a cabo, con grupos poco experimentados o desmotivados. 

 Las principales características del liderazgo autocrático son las siguientes: 

1. La autoridad se centra en el líder. 

2. Hay poco o nulo aporte de los miembros del equipo. 

3. Es un tipo de liderazgo unidireccional, ya que el líder es quien toma las decisiones y los seguidores obedecen sus órdenes sin expresar sus opiniones. 

4. Fomenta un tipo de trabajo muy estructurado y rígido. 

5. Impone de manera rígida las reglas de la organización. 

6. Impide el crecimiento de otros liderazgos a menos que él lo conduzca o avale. 

7. Él es el centro de todas las actividades, poniendo de acompañantes a todos los demás. 

8. Solo él sabe cuál es la meta, cuáles son los objetivos y los métodos de trabajo. 

9. Delega todo a su gente de confianza y no necesariamente con gente capaz o comprometida con la participación política de izquierda. 

Ventajas y desventajas del liderazgo autocrático 

Ventajas 

1. La organización se mueve con rapidez, ya que no hay análisis, ni debate y ni toma de decisiones grupales. 

2. Si algo sale mal, la responsabilidad no recae sobre los militantes, sino sobre el líder. 

3. Es provechoso cuando se utiliza en situaciones en las que no se dispone de mucho tiempo para la toma de decisiones. 

4. Cuando el líder está presente, suele haber un desempeño más alto y el es el responsable de checar que las metas se cumplan. 

5. Las entregas y tiempos establecidos suelen cumplirse. Los miembros le dan prioridad a lo que demanda el líder para lograr las metas planteadas y de esta manera evitar represalias. 

6. En campañas concretas, donde son muy altos los índices de rotación de personal y donde se esperan resultados a corto plazo, este tipo de liderazgo resulta muy eficiente. 

Desventajas 

El liderazgo autocrático presenta las siguientes desventajas: 

1 La opinión de los militantes no es tomada en cuenta, o es conducida hacia una decisión previamente tomada, lo cual genera poco sentido de pertenencia. 

2 Los militantes pueden llegar a sentirse poco valorados o que no son parte de la organización, lo que puede ocasionar que rindan menos en su desempeño o lo abandonen. 

3 A diferencia de otras clases de liderazgo, puede impactar negativamente en el bienestar de los miembros y causar estrés. 

4 Puede generar poco compromiso o mal clima en la organización por parte de los integrantes de la organización. 

5 Cuando hace falta el líder, la organización se balcaniza, ya que el principal factor de unidad de la organización dejo de existir, puede saltar en mil pedazos, ya que nadie tiene la estatura para ocupar su lugar. 

Pongo algunos ejemplos específicos de lo que sucedió en morena y por lo que surgió la Convención Nacional Democrática exigiendo mayor participación de las bases: cuando quedó electo el compañero Martí Batres, como nuestro primer presidente de morena, nunca se le permitió salir a organizar el partido naciente a las diferentes entidades del país, pues nunca dio un pie fuera de la CDMX y de verdad que necesitamos un presidente de morena activo, con sensibilidad social, cercano y que valore el significado y la importancia que tienen las bases del movimiento para haber logrado los triunfos electorales y, sobre todo, para poder lograr efectivamente la transformación que tanto anhelamos y que hemos construido ¿Pero quién lo ha impedido? 

Obviamente las tareas de AMLO son una como Presidente de la nación y las del presidente de morena tendrían que ser otras, pero es tal el peso del liderazgo que en morena no se mueve nada si no da el visto bueno el líder. 

¿Quién puso a Mario Delgado (quien ha sido sujeto de las frustraciones de las bases por la situación interna de morena, supongo también de manera estratégica intencional)? 

29 DE AGOSTO DE 2019 AMLO recomienda que el nuevo dirigente de Morena sea elegido por encuesta. Un grave error que menospreció a las bases del partido y permitió desde entonces a la población en general que no tiene nociones claras de los principios básicos, estatutos y plan de acción del partido -y que incluso pudieran ser formados por la vieja tradición de la política clientelar, traicionera, convenciera y de grupos de interés, que expandió en la cultura mexicana la escuela neoliberal del viejo régimen- elegir a las autoridades del partido. 

Para su recomendación, AMLO dijo que el propósito era evitar “confrontaciones” y “pleitos” en la renovación de la dirigencia nacional, después se acordaría por el partido y finalmente el Tribunal sancionó la propuesta. Posteriormente se organizaron las tres encuestas en las que en dos ocasiones ganaba Porfirio Muñoz Ledo, en la última ganó Mario Delgado y por él se decidió. Entonces nadie tuvo quejas de injerencias indebidas por parte del TEPJF, desde la Presidencia tampoco hubo queja alguna, al contrario, en ese tiempo los desencuentros entre el titular del Ejecutivo con Porfirio Muñoz Ledo quien era coordinador en el legislativo, en la Cámara de Diputados, empezaban a empeorar. 

AMLO siempre ha sido una persona que recurre a las encuestas y mediciones, quizás calculó que morena no le alcanzaría para obtener la mayoría calificada en 2021 y requería del apoyo de otros partidos, quizás por eso vimos tanto ex_priista, ex_perredista y ex_panista como candidatos de morena en la pasada elección. El papel de Mario fue el de un operador y, todas las quejas de ventas de candidaturas fueron y son punto y aparte y tema de investigaciones especiales. 

Sólo una persona puede concitar el apoyo o dar el visto bueno para que se firmen documentos como los comunicados de morena a favor de Mario Delgado, como los que hemos visto firman gobernadores y otras figuras como el presidente de morena, la secretaria general, el presidente del Consejo, y por integrantes del Comité de morena, como El Fisgón, Pedro Miguel, diputados, senadores, etc. Es AMLO, un líder, de un liderazgo autocrático. Como inicié diciendo tiene sus ventajas y posiblemente en este punto de la Historia de México es indispensable, pero si somos de vocación democrática y de izquierda realmente, entonces tendremos reconocer los liderazgos que sí tenemos en las bases, debemos de generar liderazgos que permitan continuar eficazmente la Cuarta Transformación. De la misma forma que Hidalgo tocó la campana para iniciar la primera transformación mexicana y posteriormente surgieron líderes como Vicente Guerrero, Hermenegildo Galeana, José María Morelos y otros líderes, de la misma forma será necesario tener líderes locales, estatales y nacionales para continuar y lograr esta transformación en la que nos encontramos. 

Por Xavier Abarca Camacho. 

Filósofo.